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martes, 3 de marzo de 2015

El Portal de Archivos recuerda cómo eran las carteleras madrileñas entre 1936 y 1971

El Portal de Archivos recuerda cómo eran las carteleras madrileñas entre 1936 y 1971
El Portal de Archivos de la Comunidad de Madrid rinde su particular homenaje al Séptimo Arte con las imágenes de las impresionantes carteleras que lucieron los cines madrileños entre los años 30 y 70 del siglo XX. La cámara, siempre atenta, de Cristóbal Portillo tomó estas instantáneas que son un testimonio excepcional de la importancia que el cine ha tenido y tiene para el divertimento y la cultura.

La mayor parte de las carteleras seleccionadas corresponden a películas que fueron nominadas a la estatuilla dorada, logrando algunas de ellas alzarse con el ansiado Óscar -Juana de Arco (1948), La legión invencible (1949), Levando anclas (1945), Los cañones de Navarone (1961) y Sabrina (1954)-. Otras, donde se mezclaban el género histórico y el de aventuras, supusieron grandes éxitos de taquilla, como: Androcles y el León (1952), El temible burlón (1952), Gunga Din (1939), El desterrado de las islas (1952), Simbad el Marino (1947) o Salomé (1953).

También, héroes de cómic y personajes de leyenda de todos los tiempos, como Tarzán, ocuparon su espacio en las carteleras madrileñas y, junto a ellos, los más queridos por el público infantil, procedentes de la factoría Disney, como: Bambi (1942), La Cenicienta (1950), Alicia en el Pais de las Maravillas (1951) o Los tres caballeros (1944), que supuso una gran novedad en las pantallas, pues incorporó actores reales junto a los dibujos animados.

El Portal de Archivos recuerda cómo eran las carteleras madrileñas entre 1936 y 1971

Escaparates de sueños


Los cines Palafox, Victoria, Palacio de la Música, Capitol, Coliseum, Callao, Gran Vía, Novedades, Pompeya, Lux, Actualidades…, transformados en escaparates de sueños, en reclamos publicitarios donde la imagen mostraba una historia en sí misma y, junto a eslóganes altisonantes, vibrantes, o sugerentes (“Jamás hubo un hombre como Simbad”, “Mi reino por una mujer”, “Una historia palpitante y deliciosa”), se convierten en el mejor de los trailers para un público que pasea por las avenidas madrileñas y observa ensimismado personajes, lugares e historias muy lejanos.

Carteleras que invadían la práctica totalidad de las fachadas de los cines y, en muchas ocasiones, incluso las aceras, como la que lucía el Palacio de la Música con la proyección de La Cenicienta, que recreaba la enorme escalinata por la que descendía la bella protagonista, en la que perdió su zapato de cristal. La fantasía, en todo su esplendor, de una época que comenzó con pantallas en blanco y negro, que se tornaron pronto en miles de coloridos matices gracias al Technicolor y que ampliaron su presencia con la pantalla panorámica, el Cinemascope e, incluso, el 3D. Todos estos avances como reclamo en las carteleras y, junto a ellos, otra estupenda novedad: el aire acondicionado.

Además de las imágenes de Cristóbal Portillo, también se ha seleccionado un pequeño grupo de Santos Yubero que recoge diversas instantáneas del trabajo que se realizaba en los talleres en los que se dibujaban estas inmensas carteleras. Maestros y jóvenes aprendices derrochando ingenio y talento en el trazo de sus pinceles, plasmando los rostros de las grandes estrellas de Hollywood y recreando escenas inolvidables que, aún hoy, siguen siendo míticas.

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