El tramo recuperado de la Calzada romana de Galapagar, de 200 metros de longitud y ocho de ancho, se encuentra ubicado en una vía pecuaria conocida como 'Cordel de Suertes Nuevas', junto a la carretera de Galapagar a Collado-Villalba, en el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama.
La calzada romana de Galapagar ha sido identificada como un tramo de la denominada Vía 24 del Itinerario de Antonino -documento del S. III d.C. que recoge los caminos del Imperio Romano, y donde se sitúa el paso de una calzada por la Sierra de Madrid, procedente de Mérida Emerita Augusta y con destino a Zaragoza Caesaraugusta-.
Según se desprende del Itinerario de Antonino, la vía 24 atravesaba el término de Galapagar, desde el Puente del Herreño hasta el Puente del Toril, para desde aquí, continuar su itinerario cruzando el actual casco urbano de la localidad.
Los miliarios,-mojones de las calzadas romanas, indicadores de las distancias, expresadas en millas-, conservados en el valle de la Fuenfría, constituyen un claro testimonio del paso de la Vía 24 por la sierra madrileña.
Uno de ellos, de época del emperador Caracalla (213-217 d.C.), fue localizado en el año 1975 junto a la Plaza del Ayuntamiento de Galapagar, y permanece conservado hoy en día en el antiguo calabozo del Ayuntamiento. A pesar de su fragmentado estado de conservación, ha sido posible la reconstrucción de una parte de la inscripción, que incluye el nombre y títulos del emperador.
El uso de la vía se encuentra constatado en diversas épocas. En la calzada, se ha localizado una alcantarilla de época romana construida con grandes losas de granito. Ya durante el período medieval, un documento fechado en 1249 y firmado por Fernando III, se refiere a la vía como la "carrera toledana, derecha como va al Galapagar", camino que unía Segovia con Toledo.
La calzada romana de Galapagar ha sido identificada como un tramo de la denominada Vía 24 del Itinerario de Antonino -documento del S. III d.C. que recoge los caminos del Imperio Romano, y donde se sitúa el paso de una calzada por la Sierra de Madrid, procedente de Mérida Emerita Augusta y con destino a Zaragoza Caesaraugusta-.
Según se desprende del Itinerario de Antonino, la vía 24 atravesaba el término de Galapagar, desde el Puente del Herreño hasta el Puente del Toril, para desde aquí, continuar su itinerario cruzando el actual casco urbano de la localidad.
Los miliarios,-mojones de las calzadas romanas, indicadores de las distancias, expresadas en millas-, conservados en el valle de la Fuenfría, constituyen un claro testimonio del paso de la Vía 24 por la sierra madrileña.
Uno de ellos, de época del emperador Caracalla (213-217 d.C.), fue localizado en el año 1975 junto a la Plaza del Ayuntamiento de Galapagar, y permanece conservado hoy en día en el antiguo calabozo del Ayuntamiento. A pesar de su fragmentado estado de conservación, ha sido posible la reconstrucción de una parte de la inscripción, que incluye el nombre y títulos del emperador.
El uso de la vía se encuentra constatado en diversas épocas. En la calzada, se ha localizado una alcantarilla de época romana construida con grandes losas de granito. Ya durante el período medieval, un documento fechado en 1249 y firmado por Fernando III, se refiere a la vía como la "carrera toledana, derecha como va al Galapagar", camino que unía Segovia con Toledo.
En 1765, fue construido el Puente del Toril, obra del ingeniero Marcos de Vierna, con un estilo que imita a las obras de ingeniería civil de época romana, para que por él pasase la nueva carretera que unía Madrid con El Escorial y Castilla la Vieja. En el lugar, junto a Galapagar, en que el nuevo camino se bifurcaba se levantó un mojón.
Es también en el siglo XVIII cuando fue construida la rampa empedrada, situada a la izquierda del Puente, que facilitaba el paso, desde el antiguo camino que venía del centro de Galapagar hasta el nuevo Camino Real de Castilla.
Durante el s. XIX la antigua calzada romana cambió de uso y se convirtió en vía pecuaria, con el nombre de "Cordel de Suertes Nuevas".
La técnica de construcción de la calzada está basada en el uso de grandes lajas de granito, de hasta más de un metro de longitud, colocadas directamente sobre el terreno natural. Con una anchura aproximada de ocho metros. Cuenta con bordillos que delimitan el camino. Los tramos más visibles se encuentran en las zonas encharcables, para facilitar el paso de carros y bestias. Por otro lado, los documentos conservados en el Archivo de Galapagar dan constancia del saqueo constante de materiales de construcción procedentes de la misma.
El estado de conservación actual de la vía permite apreciar las sucesivas capas del camino, desde el s. XVIII hasta la actualidad; siendo su aspecto actual resultado principalmente de las reformas efectuadas durante los siglos XVI y XVIII.
Acceso: por M-505 en dirección a El Escorial, tomar en Galapagar la M-510, dirección Guadarrama. Pasada la primera rotonda, buscar a mano derecha un camino de servicio que da acceso a la calzada.
Horario: libre.
Más información: Ayuntamiento de Galapagar, 91 858 78 00.
Descargar: Calzada romana de Galapagar (PDF)
Es también en el siglo XVIII cuando fue construida la rampa empedrada, situada a la izquierda del Puente, que facilitaba el paso, desde el antiguo camino que venía del centro de Galapagar hasta el nuevo Camino Real de Castilla.
Durante el s. XIX la antigua calzada romana cambió de uso y se convirtió en vía pecuaria, con el nombre de "Cordel de Suertes Nuevas".
La técnica de construcción de la calzada está basada en el uso de grandes lajas de granito, de hasta más de un metro de longitud, colocadas directamente sobre el terreno natural. Con una anchura aproximada de ocho metros. Cuenta con bordillos que delimitan el camino. Los tramos más visibles se encuentran en las zonas encharcables, para facilitar el paso de carros y bestias. Por otro lado, los documentos conservados en el Archivo de Galapagar dan constancia del saqueo constante de materiales de construcción procedentes de la misma.
El estado de conservación actual de la vía permite apreciar las sucesivas capas del camino, desde el s. XVIII hasta la actualidad; siendo su aspecto actual resultado principalmente de las reformas efectuadas durante los siglos XVI y XVIII.
Acceso: por M-505 en dirección a El Escorial, tomar en Galapagar la M-510, dirección Guadarrama. Pasada la primera rotonda, buscar a mano derecha un camino de servicio que da acceso a la calzada.
Horario: libre.
Más información: Ayuntamiento de Galapagar, 91 858 78 00.
Descargar: Calzada romana de Galapagar (PDF)
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