11 y 12 de noviembre de 2016
300 el × 50 el × 30 el es la historia de un grupo de personas, de una comunidad que trata de dar respuesta a la pregunta de qué es un colectivo o cómo la gente vive en sociedad, pero lo hacen de una manera bastante fundamentalista.
FC Bergman creó 300 el × 50 el × 30 el para el Antwerpse Kleppers Festival de 2011 en el corto plazo de un mes. Con un elevado número artistas invitados, seis extras y una población entera sobre el escenario, el colectivo belga -considerado como una de las formaciones más interesantes de la escena contemporánea europea de los últimos tiempos- sacó a escena un pueblo unido por la amenaza de una inminente inundación. Lo que ocurre dentro de las casas se muestra en una gran pantalla. Teatro y cine se entrelazan de forma espectacular y hablan un lenguaje que te sacude directamente en las tripas. Un evento en vivo toma forma, un espectáculo visual se desarrolla.
Ningún esfuerzo ha sido poco para poner en pie 300 el × 50 el × 30 el . Una población entera rodeada por un oscuro bosque de pinos envueltos por la niebla ha sido construida sobre el escenario. Con la mirada fija en el público, un pescador se sienta inclinado sobre un estanque. La luz se funde con las pequeñas casas de madera y le imprime un resplandor íntimo a la escena. El olor de las hojas esparcidas sobre el suelo se siente entre la audiencia y, durante un instante, parece como si el mundo real estuviera allí adentro.
Un equipo de vídeo se pasea por el borde del escenario, permitiendo que el público pueda ser testigo de lo que ocurre dentro de las casas a través a tres grandes pantallas. Vemos a un anciano en la cama y una cena familiar en la que se masca la tragedia; a una pareja que ha perdido todo síntoma de inhibición el uno frente al otro y a varios amigos que experimentan con juegos sádicos con el más vulnerable del grupo. Todas son situaciones extremas: divertidas y exageradas, pero también repulsivas. Encierran la verdad de una sociedad que todos reconocemos como muy parecida a la nuestra. La gente de esta pequeña y hermética comunidad aguarda ansiosamente una inundación. Esta espera hace que afloren aspectos de su carácter que normalmante la gente prefiere mantener ocultos para sí misma. Un estado de ánimo sombrío y varias escenas inteligentes aunque también desagradables ayudan a crear una atmósfera siniestra. Como si se tratase de un thriller, la cámara sigue a una joven mientras se adentra en el oscuro bosque, a través de las ramas y de la niebla, con una luz blanca deslumbrante que ilumina su cara distorsionada. Las imágenes son impresionantes y hermosas. Una sensación de malestar desciende sobre la audiencia, se posa en todas partes y nos inquieta, aunque los intérpretes nos arrancan también carcajadas gracias a su audacia.
FC Bergman creó 300 el × 50 el × 30 el para el Antwerpse Kleppers Festival de 2011 en el corto plazo de un mes. Con un elevado número artistas invitados, seis extras y una población entera sobre el escenario, el colectivo belga -considerado como una de las formaciones más interesantes de la escena contemporánea europea de los últimos tiempos- sacó a escena un pueblo unido por la amenaza de una inminente inundación. Lo que ocurre dentro de las casas se muestra en una gran pantalla. Teatro y cine se entrelazan de forma espectacular y hablan un lenguaje que te sacude directamente en las tripas. Un evento en vivo toma forma, un espectáculo visual se desarrolla.
Ningún esfuerzo ha sido poco para poner en pie 300 el × 50 el × 30 el . Una población entera rodeada por un oscuro bosque de pinos envueltos por la niebla ha sido construida sobre el escenario. Con la mirada fija en el público, un pescador se sienta inclinado sobre un estanque. La luz se funde con las pequeñas casas de madera y le imprime un resplandor íntimo a la escena. El olor de las hojas esparcidas sobre el suelo se siente entre la audiencia y, durante un instante, parece como si el mundo real estuviera allí adentro.
Un equipo de vídeo se pasea por el borde del escenario, permitiendo que el público pueda ser testigo de lo que ocurre dentro de las casas a través a tres grandes pantallas. Vemos a un anciano en la cama y una cena familiar en la que se masca la tragedia; a una pareja que ha perdido todo síntoma de inhibición el uno frente al otro y a varios amigos que experimentan con juegos sádicos con el más vulnerable del grupo. Todas son situaciones extremas: divertidas y exageradas, pero también repulsivas. Encierran la verdad de una sociedad que todos reconocemos como muy parecida a la nuestra. La gente de esta pequeña y hermética comunidad aguarda ansiosamente una inundación. Esta espera hace que afloren aspectos de su carácter que normalmante la gente prefiere mantener ocultos para sí misma. Un estado de ánimo sombrío y varias escenas inteligentes aunque también desagradables ayudan a crear una atmósfera siniestra. Como si se tratase de un thriller, la cámara sigue a una joven mientras se adentra en el oscuro bosque, a través de las ramas y de la niebla, con una luz blanca deslumbrante que ilumina su cara distorsionada. Las imágenes son impresionantes y hermosas. Una sensación de malestar desciende sobre la audiencia, se posa en todas partes y nos inquieta, aunque los intérpretes nos arrancan también carcajadas gracias a su audacia.
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